Ante un niño que se queja de «dolor de barriga», la dispepsia funcional puede ser uno de los primeros trastornos en los que pensar.
Llamada también «mala digestión», es un problema gastrointestinal importante de orígenes poco claros todavía. La dispepsia es una condición frecuente que no presenta patologías crónicas gastrointestinales concomitantes que puedan explicar sus síntomas.
Este trastorno puede llegar a durar años, alterando la calidad de vida del niño por no tener una fácil resolución.
Los síntomas que se deben tomar en consideración
Los niños con dispepsia funcional presentan dolores abdominales que pueden continuar durante años. La dispepsia puede presentarse de dos maneras distintas. Se puede manifestar inmediatamente después de comer, con una molesta sensación de plenitud o de saciedad precoz que impide terminar la comida, a lo que se añade hinchazón abdominal alta, náusea o eructación. Los síntomas principales de la segunda manera son un dolor tan molesto que dificulta el desarrollo de las actividades cotidianas (juego, estudio, actividad deportiva) o un ardor localizado en el abdomen. El dolor no disminuye al ir al baño o eliminar aire y puede ser inducido o aliviado por la comida, pero a veces se produce también a distancia de las comidas.
Aunque las causas siguen siendo poco claras, se piensa que estos síntomas pueden presentarse porque el estómago se vacía muy lentamente produciendo una sensación de plenitud, pero también por una hipersensibilidad del estómago y el esófago relacionada con estados de estrés, incluso psicológico, agitación y bajo estado de ánimo o con posibles procesos inflamatorios y predisposición genética.